El llamado de los Cetáceos/ Abjini Shamanik

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Los Cetáceos están pidiendo que se comuniquen con ellos, que observen su forma de actuar, de fluir en los océanos, de fluir en las profundidades, salir a la superficie, fluir es la maestría de las emociones». Gaia
Hasta ahora he tenido la oportunidad de estar en contacto físico con los delfines, en numerosas ocasiones y en diferentes océanos. Mi aprendizaje con ellos ha sido muy intenso, hermoso y emocionante, me han enseñado especialmente algunos valores que son necesarios para vivir es esa nueva Gaia luminosa que ya está aquí, que esta creada en nuestra imaginación (4taD) , que está en la dimensión de la luz (5taD) y que cuando haya masa crítica la veremos en esta 3raD.
Por dos años consecutivos estuve haciendo contacto físico con ellos, visitándolos en el Parque Nacional Mochima en Venezuela:
El Parque Nacional Mochima es un parque que abriga un pequeño archipiélago con mucha vida animal, hermosas aves, playas coralinas con paisajes submarinos de colores y una bahía cerrada por varias islas, con solo dos entradas, la cual hace que los cardúmenes de sardina al pasar se concentren y se tarden mas de la cuenta en avanzar atrayendo grupos de delfines, algunos nariz de botella y otros mas pequeños pero no menos juguetones. Ese lugar es un semillero de vida natural, cuando se ven las aves arremolinadas pescando ya se sabe que los delfines están cerca, así fue como le dimos a este lugar el nombre de Santuario Delfínico. Los santuarios son los lugares naturales donde los cetáceos van a alimentarse o a aparearse.
Estos dos años fueron un verdadero laboratorio de aprendizaje, tanto para mi como para las hermosas personas que me apoyaron y que hicieron posible este compartir.
Solo una vez no tuvimos la suerte de encontrarlos en la bahía, lo cual fue una lección importante para mi. La historia es que llegamos al embarcadero y había mar de leva, eso es cuando el mar esta agitado por encima y ha subido su nivel gracias a la luna llena. El Mayor nuestro lanchero, un pescador de Mochima cuya lancha nos llevo en numerosas oportunidades y cuya intuición me había acompañado en los avistamientos, nos advirtió que era difícil verlos ese día ya que cuando el mar estaba así los delfines se movían en las profundidades. Parece que esa era la razón de ser de este grupo moverse en la profundidades, ir profundo hacia adentro, a pesar de todo nos fuimos en la lancha a observar y tuvimos una experiencia interesante con un mar bastante movido. Mi aprendizaje tuvo que ver con la relación entre la luna y el mar, con esa interacción de las aguas del planeta con el satélite lunar, mas que con mi intuición de si los delfines estaban o no, ya que durante el trayecto en la lancha en el Santuario de los Delfines pude sentirlos en la profundidad.
Los delfines no solo son para verlos, son para sentirlos, para conectar con su energía, para eso se necesita estar muy abierto de corazón.
Ese tiempo de aprendizaje también sirvió para afinar mi sentidos en cuanto a ellos y siento que se terminó porque había llegado el momento de no necesitar estar con ello en físico, en tercera dimensión para sentir su presencia, recibir su enseñanza, su alegría.
He tenido y sigo teniendo mucho contacto con ellos, verlos es admirar la forma como están sintonizados, como juegan y cazan en grupo, cooperando, cuidándose unos a otros. Anteriormente también con los delfines había sentido desde fuera esta energía de fluidez y colaboración. Esa energía que crea vínculos de compañerismo, de amistad es algo que se propicia en los grupos que organizamos ya sea para vivir experiencias de aprendizaje, o que sacan de la zona de comodidad o para encontrarnos con delfines y ballenas.
Otra cosa importante es que aunque actúan en grupo cada delfín tiene su propia personalidad, es un individuo con características propias, sonidos particulares, forma de ser. Es increíble cuando vemos a los pequeñitos como estos desbordan alegría al hacer piruetas en tornillo y caer al agua en una gran salpicada.
Es algo así como que todos tienen una consciencia grupal de manada que actúa en conjunto así como una frecuencia vibratoria, funcionan como un bio-organismo. Esto les permite estar en el presente, en el ahora, jugando felices, en autenticidad.
Ellos tienen muchas formas de comunicación esto también he aprendido, ellos saben como utilizar frecuencias más sutiles que nosotros y nos enseñan a afinar nuestra telepatía, a ver en hologramas de información o a sentir ciertos sonidos o frecuencia que van directo a las células o al ADN o que van al corazón para abrirlo.
En una ocasión viví una experiencia hermosa, llevando un grupo a hacer contacto con ellos, navegabamos en una lancha y el mar estaba un poco agitado, sin embargo una persona les pidió permiso para nadar con ellos y sentí que era apropiado, así que esta persona saltó y los delfines comenzaron a jugar con él, a rodearlo, a pasarle por debajo, hasta a rozarlo, mi amigo estaba absolutamente asombrado. Al salir del agua comenzó a llorar sin parar por un buen rato, compartió que lloraba de alegría, que lloraba de arrepentimiento, que en esos pocos instantes se dio cuenta de las veces que había mentido, engañado, que vió cuando había actuado incondicionalmente. Relató que su corazón estaba abierto, como una flor. Una gran apertura de corazón.
Así usan ellos el sonido y las frecuencia vibratoria: para curar, para jugar, para ver, para comunicarse. Nosotros vivimos con mucho ruido esto impide que escuchemos sonidos y frecuencias más sutiles, en cambio ellos en el silencio de las profundidades puedan escuchar más allá. Saben como manejar el silencio.
En otra ocasión, durante la preparación previa al contacto aprendimos unas canciones y mantrams para invocarlos en el mar, para atraerlos a la lancha, en este grupo había dos hermanas cantantes y una mujer embarazada, entre todos se creo una gran sinergia. Salimos al avistamiento y al llegar al Santuario no habían delfines. Nuestro lanchero: el Mayor, nos propuso llevarnos el sitio de las burbujas, un lugar de color verde esmeralda donde suben burbujitas que hacen cosquillas en la piel, luego fuimos a una playa coralina donde estuvimos viendo peces y buceando. Una vez relajados volvimos al Santuario cantando, al llegar tuvimos un espectáculo digno del Circ du Solei, cuadrillas de ocho delfines se alineaban alrededor de la lancha haciendo su nado sincronizado, piruetas de los mas pequeños con sus saltos y salpicones, acrobacias en grupo, en fin todos salimos de allí con la energía de la risa y el amor desatada.
Los delfines tiene la memoria del tubo de respiración de energía, de luz, también llamado el “tubo de prana”, se dice que hace 13 millones de años todos respirábamos por ese tubo que absorbe prana por la coronilla y por el perineo, ellos conservan este tipo de respiración.
Son muchas las enseñanzas que recibí con ellos, las agradezco y las integro. Luego desde hace algún tiempo cambiaron las energías y mis viajes de contacto físico con delfines se terminaron, sin embargo a muchos otros niveles continuaron y continúan las comunicaciones, los sueños, los hologramas, las sincronicidades.
Cuando les pregunte porque había sucedido este cambio me respondieron que mi aprendizaje en físico con ellos había terminado, que los Grandes Cetáceos, las Ballenas me estaban llamando para darme instrucción.
Eso hizo que mi atención se fijara hacia ellas. Así que comencé a sentir la majestuosidad de estas grandes madres, las ballenas, me he nutrido de su energía de amamantadoras, de sus sonidos y sinfonías, me han hablado de como con esos sonidos mantienen la armonía de Gaia y con Gaia, he comulgado en la frecuencia de las redes del océano, las redes sociales cetáceas. Abjini Shamanik
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